La gorila Koko
EL
PROYECTO KOKO
UNA HISTORIA DE AMOR
UNA HISTORIA DE AMOR
Hasta hace poco,
se creía que el ser humano era la única especie capaz de amar a otros
animales de distintas especies y adoptarlos como mascotas. Pero hoy día
sabemos que algunos animales considerados no-humanos también aman,
protegen y cuidan de otros animales de una especie diferente a la suya. Es
el caso de la famosa gorila Koko.
Koko [Hanibi-Ko]
fue adoptada por Francine Penny Patterson (presidenta y coofundadora de la
Gorilla Foundation) en 1971, cuando contaba con un año de edad.
Actualmente, ya tiene 29 años y vive con Patterson y otros investigadores
en la Gorilla Foundation en Woodside, California. Se comunica empleando el
GSL (Lenguaje de Signos de los Gorilas), una adaptación del lenguaje de
los sordomudos. Y es que, incluso los gorilas que no viven en cautividad,
tienen su propio lenguaje natural de gestos, por lo que aprender el GSL no
fue difícil para Koko, como en un principio se temía.
Ahora Koko emplea
para comunicarse con sus cuidadores, su familia humana,
unos 1000 signos: sabe cómo pedir jugar con muñecas, ver la
televisión, dibujar o… jugar con gatos. Comprende unas 2000 palabras
del lenguaje humano (inglés) y los resultados de sus test de inteligencia
muestran un IQ (coeficiente intelectual) entre 70-95 en la escala humana
(teniendo en cuenta que 100 se considera lo "normal").
La Gorilla
Foundation pretende demostrar con sus experimentos la enorme inteligencia
de los gorilas para así abrir nuevos caminos en el tratamiento de los
animales en cautividad, incrementando los esfuerzos por conservar las
condiciones de los animales salvajes. El "proyecto Koko" ha
demostrado que un animal puede poseer cualidades que antes se consideraban
exclusivamente humanas, tales como un complejo proceso mental,
imaginación y sentimientos.
Koko adora los
libros de gatos, y uno de sus preferidos es Los
tres gatitos. Cuando Penny le preguntó a Koko qué quería para su
cumpleaños (el 4 de julio), ella pidió un gato: estaba impresionada por
las ilustraciones de los libros que había estado leyendo, Los
tres gatitos y El gato con botas…
Penny le regaló entonces un gatito de peluche, pero Koko dijo:
"ROJO", palabra que emplea para expresar su enfado; estaba muy
triste, porque aquello era sólo un muñeco… Y Patterson comprendió que
lo que quería era un gato de verdad.
En 1984, le
llevaron tres gatitos para que eligiera. Ella los acercó a su cara, les
olió profundamente, uno a uno, diciendo "ME GUSTA". Cuando le
preguntaron cuál era su preferido, Koko señaló al pequeño macho gris
tabby que no tenía cola: "ESTE". Patterson pensó que lo había
escogido porque no tenía rabo, y tal vez eso le hacía asemejarse más a
un gorila. Koko le puso nombre: All
Ball.
Al principio,
Patterson cuidaba de All Ball en su remolque y se lo llevaba a Koko cada
tarde a las seis, antes de que la gorila se fuese a dormir. Koko era
siempre dulce y cariñosa con All Ball, le llamaba "BABY", le
llevaba en su regazo, o colgado de su cuello, y el gatito la lamía y
ronroneaba en sus brazos adoptándola como su madre. Koko lavaba y
acariciaba a All Ball, manteniendo siempre bien limpios sus ojos, orejas y
boca. En realidad, ¡fue quien descubrió los ácaros de sus oídos…!
All Ball era un
gatito agresivo, y solía morder a Koko, jugando, pero ella nunca se
incomodaba ni le castigaba. Patterson explicaba que realmente Koko amaba a
All Ball, a pesar de que era uno de los más traviesos, nerviosos y
mordedores gatitos. Ella le prefería a cualquier otro. Una noche,
Patterson le pidió a Koko que le contase una historia sobre All Ball y
Koko simplemente dijo: "KOKO AMA BALL"…
Koko y All Ball se
hicieron famosos en 1984, cuando la fotografía de la gorila con el gatito
en brazos apareció en una portada del National
Geographic que dio la vuelta al mundo. Realmente, resultaba conmovedor
ver una enorme gorila, fuerte y poderosa, comportándose cariñosa y
maternalmente con aquel pequeño animal al que protegía y cuidaba. Mucha
gente lo encontraba extraordinario…
Algunas veces, All
Ball se quedaba con Koko en su jaula, bajo la supervisión de Patterson.
Pero un triste día, All Ball se escapó y fue atropellado por un coche,
muriendo instantáneamente. Patterson tuvo que explicarle a Koko lo que
había sucedido, y que nunca volvería a ver a All Ball… Koko empezó a
llorar, con ese llanto desgarador de los gorilas, doloroso, estridente,
una larga serie de gritos muy agudos. Y Patterson lloró también.
Ahora, quince años
después, Koko todavía recuerda su dolor por la desaparición de All Ball,
y dice "TRISTE"
cuando ve algún gatito que se le parece.
A pesar de la pérdida
de su adorado All Ball, Koko seguía siendo una devota amante de los
gatos. Patterson oyó que la madre de All Ball estaba preñada y cuando
los gatitos tuvieron edad suficiente, llevó a toda la camada a la jaula
de Koko para que los conociera. Todos pensaban que Koko elegiría a uno de
los dos gatitos sin cola que había en el grupo, pero, sorprendentemente,
Koko señaló al más pequeñito, un gatito blanco y negro pero con rabo.
Koko coloco al gatito sobre su pecho, le acunó y le llamó "BABY",
besándole y abrazándole. También le gustaba una gatita gris, sin cola,
con quien estuvo jugando un rato diciendo "KOKO AMA".
El gatito blanco y
negro y la gatita gris fueron los favoritos de Koko, pero había que
decidirse. Koko se tomó su tiempo, cogiendo en brazos a ambos una y otra
vez, pero siempre que ella
dejaba en el suelo a la gatita gris, ella se apresuraba a encaramarse en
su hombro. El gatito blanco y negro, sin embargo, no parecía demostrar
tanto interés. Por fin, Koko tomó la tan difícil decisión: puso su
enorme dedo sobre el hociquillo del gatito blanco y negro y lo miró
fijamente diciendo :"NO". Después, tomó a la gatita gris en
sus brazos y se la llevó con ella a su habitación. ¡Estaba claro que
Koko tenía una clara preferencia por los gatitos sin cola! Koko decidió
llamar a su pequeña compañera "HUMO", y de esta forma se quedó
con Smoky como nombre. Esto ocurrió hace quince años, y desde entonces
Smoky ha estado siempre con Koko.
En abril del año
2000, Michael, otro gorila que había vivido desde 1976 en la Gorilla
Foundation, buen amigo de Koko, murió súbitamente de un ataque cardíaco.
Aparte de Koko, era el único gorila en cautividad que había aprendido el
GSL, conocía más de 500 palabras, le gustaba pintar, escuchar música y
tenía un carácter dulce y maravilloso. Fue una terrible desgracia para
todos. Koko sufrió una depresión. Decidieron que tal vez se animase si
traían un grupo de gatitos de la Peninsula Humane Society (de San Mateo,
California) para visitarla. Koko se enamoró de un pequeño de cuatro
semanas, Moe, a quien llamó "BABY" mientras lo acunaba,
acariciaba y ronroneaba entre risas. Moe es hoy también una celebridad…
Como cualquier
otro responsable y consciente amante de los felinos, Koko colabora con la
Humane Society en sus campañas para favorecer las adopciones de gatos. Y,
por otra parte, las visitas de los gatitos y la compañía de Smoky le
ayudan a mantener su equilibrio emocional. La Gorilla Foundation está
considerando la posibilidad de adoptar un nuevo gatito que haga feliz a
Koko y sirva de compañía para Smoky. Como muchos amantes de los gatos
saben, un solo gato nunca es suficiente…
Koko ha demostrado
al mundo que todos los animales, ya sean humanos, gatos o gorilas, son
capaces de pensar, sentir y amar, y que todas las criaturas merecen
nuestro respeto. Hay un mensaje que dar a las nuevas generaciones, que
todos somos uno, y que los animales probablemente poseen las mismas
capacidades que los humanos hasta ahora creían poseer en exclusiva. Para
la doctora Patterson, la experiencia de Koko ha abierto las puertas para
explorar la complejidad de las emociones de todos los animales (sin
olvidar que nosotros también lo somos). La gente que convive con animales
sabe lo perceptivas que son sus mascotas, y cómo se trata, en verdad, de
individuos perfectamente diferenciados, con un carácter y una
personalidad propias.
La doctora
Patterson es la autora del best-seller El
gatito de Koko, en cuya introducción dice: " La historia de koko
continua fascinando a los humanos porque Koko se ha convertido en
embajador de los derechos de los animales en un mundo de humanos. La
historia de su vida nos enseña que cada especie necesita un espacio en el
mundo y que tiene derecho a sobrevivir".
En este sentido,
Koko nos ayuda a comprender que mi gato, tu gato, su gato y todos los
gatos del mundo han de vivir y ser tratados con respeto.
Así expresa Koko "amor"...
Brad
Kollus
Cats magazine,
February 2000
pp.
26-30
Koko
adora los dibujos de gatos, y eso le ayuda a superar su depresión por la
pérdida de su compañero Michael. La Gorilla Foundation tiene una dirección
a la que pueden ser enviados dibujos o fotos de tus gatos:
KOKO
The
Gorilla Foundation
P.O.
Box 620530
Wodside,
CA 94062-0530
La
Gorilla Foundation tiene entre sus muchos proyectos el de construir un
santuario en la isla de Maui (Hawaii) donde Koko y otros gorilas puedan
vivir protegidos pero en libertad, en un clima apropiado para ellos.
Continúan con sus investigaciones sobre inteligencia y comunicación
animal, cuyos esfuerzos han dado la vuelta al mundo. Si quieres colaborar
con la Gorilla Foundation, puedes hacerte miembro llamando al
(800)634-6273, visitando su página web:
o
escribiéndoles personalmente.
Trad.
Catherine Soriano, 2001
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