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Mostrando entradas de septiembre, 2011

Prepararse para el silencio.

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Un verdadero regalo para una vida ocupada es experimentar un largo período de silencio, un tiempo en el que intencionalmente dirigir nuestra atención lejos de las prisas de las conversaciones y los compromisos, las imágenes y mensajes, y las listas y las obligaciones, y en el silencio conectar con nuestro espacio interior.   En la experiencia de algunos, el silencio ha sido una imposición o castigo, por ejemplo, un padre advirtiendo a su hijo: "Cierra la boca y vete a tu habitación." El silencio en el que estamos entrando aquí es una elección libre. Este silencio es una oportunidad para descubrir cosas nuevas y diferentes.   El silencio no es una falta de comunicación. Hay un lenguaje sutil que nos conecta con los demás a través de la mirada, con una sonrisa o un gesto. La fluidez en este idioma sutil llama a nuestra capacidad de observar los pequeños detalles de la vida. A medida que desarrolla

Hua Hu Ching

Examinar y cambiar: la clave de la armonía interna.

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En mayor o menor grado, todos hemos tenido la experiencia de dar un mensaje en el que no creíamos verdaderamente. O, en contra de nuestra voluntad, tomar parte en una conversación sobre chismes. O decir o hacer algo que no coincidía con nuestros valores. Y aunque la causa fuera política, social o culturalmente correcta, como evitar herirnos o herir a otro, satisfacer las expectativas de los demás hacia nosotros, o decirlo o hacerlo porque “lo sentimos así”, esos pensamientos, palabras o acciones falsas tienen un efecto. Experimentaremos las consecuencias no sólo como una falta de armonía y conflictos internos, sino también en las relaciones con los demás. El estrés aumenta, la paz disminuye y el mundo se deteriora un poco más. Al alinear los pensamientos, las palabras y las acciones con los principios divinos y universales que gobiernan la naturaleza y la conducta humana, automáticamente reducimos las tensiones, porque actuamos desde una posi

La glándula Timo: la llave de la energía vital (con meditación guiada).

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En el centro del pecho, detrás del hueso donde la gente toca cuando dice ‘yo’, queda una pequeña glándula llamada TIMO. Su nombre en griego, ‘thýmos’, significa energía vital. ¿Será necesario decir más? Si, es necesario decir algo más… Porque el timo sigue siendo un ilustre desconocido. El crece cuando estamos alegres y encoje a la mitad cuando estamos estresados y aún más cuando nos  enfermamos. Esa característica confundió durante mucho tiempo a la medicina, que solo lo conocía a través de las autopsias y siempre lo encontraba achicado y encogido. Se suponía que se atrofiaba y dejaba de trabajar en la adolescencia, tanto es que durante décadas los médicos americanos bombardeaban timos perfectamente saludables con altas dosis de rayos X, creyendo que su ‘tamaño anormal’ podría causar problemas. Más tarde la ciencia demostró que, así mismo encogiéndose después de la infancia, el sigue siendo activo; es uno de los pilares de nuestro sistema inmunológico, junto con las glándulas

Cómo las Emociones Afectan al ADN.

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El ADN Misterioso La doble hélice como la plataforma de todas las formas de vida ha formado parte de la ciencia durante los últimos cincuenta años desde que fue descubierta por Crick y Watson. Nuestro conocimiento sobre el ADN desde entonces ha aumentado considerablemente. El ADN almacena las estructuras moleculares para la reproducción celular. Es una huella para la reproducción de todas las proteínas que se han encontrado en las células de un organismo. El cuerpo humano contiene aproximadamente entre 70.000 y 90.000 proteínas diferentes. La hélice de ADN es una doble cuerda doblada. Cada cuerda está compuesta de alrededor de 3.1 billones de nucleótidos. Los nucleóticos están todos juntos formando esta cadena inmensa. Hay solo cuatro bases diferentes de nucleóticos en la cadena. Las bases se denotan por la letra inicial de cada uno, Adenina (A), Citosina (C), Guanina (G), y Tiamina (T).  Tres de estas bases de la cadena forman un triplete o codón. Hay solo 4³ =