El Movimiento por los Derechos Animales
A lo largo de la historia ha sido algo habitual el hecho de que determinados grupos discriminaran y explotaran a otros. Basándose muchas veces en la pertenencia grupal, aquellos que no pertenecían a la tribu, o que no pertenecían a un país determinado eran considerados inferiores. Al igual que ha sido habitual este tipo de discriminaciones, también se han ido derribando estos prejuicios y la esfera de consideración moral se ha ido abriendo para incluir a individuos que estaban excluidos. Movimientos como el de liberación de las mujeres o antirracistas han luchado por erradicar estos prejuicios y hacer ver que la raza o el sexo de un individuo son irrelevantes para tener en cuenta los intereses de alguien. Aunque seguimos viviendo en sociedades sexistas y racistas, y estamos muy lejos de acabar con estas discriminaciones, mucha gente entiende que es injusto y arbitrario discriminar a alguien por estas características.
El movimiento por los derechos animales surge para cuestionar la superioridad humana y reclamar la inclusión del resto de animales en esa esfera de consideración moral. Tiene un nexo muy claro con otros movimientos de liberación, ya que se está reclamando justicia para individuos que están siendo discriminados y explotados. Por lo tanto, estamos hablando de un movimiento de justicia social, que está emergiendo en todo el mundo, conformado por personas que creen que no hay motivo para no tener en cuenta los intereses de los animales, que creen injusto lo que ocurre en las granjas peleteras, los circos, los mataderos, los laboratorios, los zoos…
Aunque la cuestión de la relación que mantenemos los humanos con el resto de animales ha sido algo tratado a lo largo de la historia, si se puede señalar un punto de inflexión, ese sería la aparición del término especismo. En 1970 el psicólogo inglés Richard Ryder acuña este término para definir la discriminación en función de la especie. La elección del término no es casual, ya que se pretende hacer un paralelismo con otro tipo de discriminaciones arbitrarias como el sexismo o el racismo, al entenderse que la especie es igualmente irrelevante para considerar los intereses de un individuo en no sufrir y disfrutar de su vida.
Esto supone un punto de inflexión porque ya no estamos hablando de tener en cuenta a los animales de forma secundaria, de que no se los “maltrate”, sino de incluirlos en nuestras consideraciones al igual que hacemos con los humanos.
3. El Movimiento por los Derechos Animales. Abolición de la explotación animal: Veganismo como base del cambio social.
La mayor parte de la sociedad está de acuerdo en no infligir daño “innecesario” a los animales. Es decir, consideramos que los animales no son cosas, que merecen cierta protección, pero siempre desde un prisma de superioridad. De hecho la mayor parte del daño que los ocasionamos es innecesario en el sentido de que no necesitamos vestirnos con sus pieles, no necesitamos alimentarnos con sus cuerpos, entretenernos a su costa, etc.
Tradicionalmente, la preocupación por nuestra forma de relacionarnos con el resto de animales (no olvidemos que nosotros también somos animales) ha estado centrada en no ocasionarlos sufrimiento innecesario y en regular la forma en que son utilizados para nuestro beneficio; siempre aceptando que es legítimo que utilicemos animales para nuestros fines. Siempre aceptando que son individuos de segunda categoría moral. El movimiento por los derechos animales cuestiona esta visión, no centrándose tanto en la forma en la que estamos explotando a los animales, sino cuestionando el hecho en sí de que nos creamos legitimados a utilizarlos como medios para nuestros fines. Cuestionando todo este sistema de explotación que hemos creado en el que los animales son simples recursos a nuestra disposición.
Millones de animales están sufriendo en granjas y mataderos diariamente para ser convertidos en productos alimenticios, en granjas peleteras para arrancar su piel y hacer abrigos, toda la vida encerrados en zoos o circos para entretenernos, torturados en laboratorios… Estamos hablando de una explotación institucionalizada y aceptada socialmente. Que tiene su reflejo en el marco legal: Los animales no humanos son bienes semovientes, es decir, son propiedades. Y los humanos somos sus dueños.
El movimiento por los derechos animales no busca jaulas más grandes para los animales, ni mejorar los mecanismos de matanza de los mataderos. Su objetivo no es reformar el modo en que utilizamos y matamos animales. Busca cuestionar la propia existencia de estos lugares, haciendo hincapié en que no tiene mucho sentido preocuparnos por el sufrimiento de estos individuos a la vez que aceptamos que no hay ningún problema en utilizarlos y quitarles su vida para nuestro beneficio. Para romper esta visión y ayudar a que el paradigma actual cambie, la base de este movimiento es el veganismo.
La frase de Gandhi “sé tú mismo el cambio que quieres ver en el mundo” definiría muy bien lo que en esencia es el veganismo. Es la herramienta de transformación social con la cual cada persona tiene en sus manos la posibilidad de solidarizarse con los animales que están siendo explotados y dejar de participar en todo ello. Ser veganos significa que a la hora de vestirnos, entretenernos, alimentarnos, no vamos a financiar todo esto. Optaremos por alternativas de origen vegetal o sintético en lo referente a la vestimenta, o tendremos una alimentación libre de productos de origen animal, no pagaremos por espectáculos que utilicen animales… En definitiva es, desde el plano individual, decir no a toda esta industria de explotación que hemos creado y dejar de formar parte de ella, contribuyendo de esta manera no sólo a reducir la demanda, y por lo tanto el número de animales que iban a sufrir y morir por nuestro consumo, sino a crear una masa social cada vez mayor de personas que se oponen a la explotación de los animales y reivindican un mundo más justo para todos y todas, sin importar la especie a la que pertenezcamos.
Igualdad Animal nace como organización a finales de 2005, y se enmarca desde entonces en el movimiento por los derechos animales. Nuestro trabajo, como indica nuestro eslogan, se centra principalmente en tres áreas: Educar, investigar y liberar.
Educar: a base de actos diarios en la calle, edición y proyección de documentales, charlas en institutos, escuelas, actos mediáticos como saltos al ruedo, a la pasarela Cibeles, descuelgues de plazas de toros y edificios emblemáticos, irrupciones en centros de explotación animal… Activismo que se enmarca también dentro de la desobediencia civil, que ayuda a generar debate social sobre la explotación a la que sometemos a los animales, haciendo cada vez más visible el movimiento por los derechos animales en la sociedad y por supuesto, haciendo más visibles sus reivindicaciones.
Este es un trabajo esencial, ya que las empresas que explotan a los animales no muestran en sus anuncios lo que ocurre en el interior de las granjas o los mataderos, y no solemos tener acceso a estos lugares. De hecho muchísima gente que forma parte de este movimiento y que ha dejado de ver a los animales como seres inferiores o se ha empezado a preocupar por el sufrimiento que padecen, ha sido a raíz de tener acceso a todo este tipo de información.
Artículo escrito por Javier Moreno publicado en el Nº4 de la revista "Mordisco" - Revista de crítica, literatura y artes.
El movimiento por los derechos animales surge para cuestionar la superioridad humana y reclamar la inclusión del resto de animales en esa esfera de consideración moral. Tiene un nexo muy claro con otros movimientos de liberación, ya que se está reclamando justicia para individuos que están siendo discriminados y explotados. Por lo tanto, estamos hablando de un movimiento de justicia social, que está emergiendo en todo el mundo, conformado por personas que creen que no hay motivo para no tener en cuenta los intereses de los animales, que creen injusto lo que ocurre en las granjas peleteras, los circos, los mataderos, los laboratorios, los zoos…
2. La aparición del término especismo: un punto de inflexión.
Aunque la cuestión de la relación que mantenemos los humanos con el resto de animales ha sido algo tratado a lo largo de la historia, si se puede señalar un punto de inflexión, ese sería la aparición del término especismo. En 1970 el psicólogo inglés Richard Ryder acuña este término para definir la discriminación en función de la especie. La elección del término no es casual, ya que se pretende hacer un paralelismo con otro tipo de discriminaciones arbitrarias como el sexismo o el racismo, al entenderse que la especie es igualmente irrelevante para considerar los intereses de un individuo en no sufrir y disfrutar de su vida.
Esto supone un punto de inflexión porque ya no estamos hablando de tener en cuenta a los animales de forma secundaria, de que no se los “maltrate”, sino de incluirlos en nuestras consideraciones al igual que hacemos con los humanos.
3. El Movimiento por los Derechos Animales. Abolición de la explotación animal: Veganismo como base del cambio social.
La mayor parte de la sociedad está de acuerdo en no infligir daño “innecesario” a los animales. Es decir, consideramos que los animales no son cosas, que merecen cierta protección, pero siempre desde un prisma de superioridad. De hecho la mayor parte del daño que los ocasionamos es innecesario en el sentido de que no necesitamos vestirnos con sus pieles, no necesitamos alimentarnos con sus cuerpos, entretenernos a su costa, etc.
Tradicionalmente, la preocupación por nuestra forma de relacionarnos con el resto de animales (no olvidemos que nosotros también somos animales) ha estado centrada en no ocasionarlos sufrimiento innecesario y en regular la forma en que son utilizados para nuestro beneficio; siempre aceptando que es legítimo que utilicemos animales para nuestros fines. Siempre aceptando que son individuos de segunda categoría moral. El movimiento por los derechos animales cuestiona esta visión, no centrándose tanto en la forma en la que estamos explotando a los animales, sino cuestionando el hecho en sí de que nos creamos legitimados a utilizarlos como medios para nuestros fines. Cuestionando todo este sistema de explotación que hemos creado en el que los animales son simples recursos a nuestra disposición.
Millones de animales están sufriendo en granjas y mataderos diariamente para ser convertidos en productos alimenticios, en granjas peleteras para arrancar su piel y hacer abrigos, toda la vida encerrados en zoos o circos para entretenernos, torturados en laboratorios… Estamos hablando de una explotación institucionalizada y aceptada socialmente. Que tiene su reflejo en el marco legal: Los animales no humanos son bienes semovientes, es decir, son propiedades. Y los humanos somos sus dueños.
El movimiento por los derechos animales no busca jaulas más grandes para los animales, ni mejorar los mecanismos de matanza de los mataderos. Su objetivo no es reformar el modo en que utilizamos y matamos animales. Busca cuestionar la propia existencia de estos lugares, haciendo hincapié en que no tiene mucho sentido preocuparnos por el sufrimiento de estos individuos a la vez que aceptamos que no hay ningún problema en utilizarlos y quitarles su vida para nuestro beneficio. Para romper esta visión y ayudar a que el paradigma actual cambie, la base de este movimiento es el veganismo.
La frase de Gandhi “sé tú mismo el cambio que quieres ver en el mundo” definiría muy bien lo que en esencia es el veganismo. Es la herramienta de transformación social con la cual cada persona tiene en sus manos la posibilidad de solidarizarse con los animales que están siendo explotados y dejar de participar en todo ello. Ser veganos significa que a la hora de vestirnos, entretenernos, alimentarnos, no vamos a financiar todo esto. Optaremos por alternativas de origen vegetal o sintético en lo referente a la vestimenta, o tendremos una alimentación libre de productos de origen animal, no pagaremos por espectáculos que utilicen animales… En definitiva es, desde el plano individual, decir no a toda esta industria de explotación que hemos creado y dejar de formar parte de ella, contribuyendo de esta manera no sólo a reducir la demanda, y por lo tanto el número de animales que iban a sufrir y morir por nuestro consumo, sino a crear una masa social cada vez mayor de personas que se oponen a la explotación de los animales y reivindican un mundo más justo para todos y todas, sin importar la especie a la que pertenezcamos.
4. Activismo de Igualdad Animal.
Igualdad Animal nace como organización a finales de 2005, y se enmarca desde entonces en el movimiento por los derechos animales. Nuestro trabajo, como indica nuestro eslogan, se centra principalmente en tres áreas: Educar, investigar y liberar.
Educar: a base de actos diarios en la calle, edición y proyección de documentales, charlas en institutos, escuelas, actos mediáticos como saltos al ruedo, a la pasarela Cibeles, descuelgues de plazas de toros y edificios emblemáticos, irrupciones en centros de explotación animal… Activismo que se enmarca también dentro de la desobediencia civil, que ayuda a generar debate social sobre la explotación a la que sometemos a los animales, haciendo cada vez más visible el movimiento por los derechos animales en la sociedad y por supuesto, haciendo más visibles sus reivindicaciones.
Investigar: Formado por decenas de activistas, el Equipo de Investigaciones de Igualdad Animal se ha infiltrado en mataderos y circos, en granjas de cerdos y de visones, realizando trabajos exhaustivos de documentación para mostrar a la sociedad lo que ocurre en estos lugares, a los que rara vez se tiene acceso. Más de dos años documentando granjas de cerdos o de visones, han hecho que por primera vez se viera en los medios de comunicación lo que está ocurriendo en España, ya que normalmente este tipo de investigaciones e imágenes provenían de otros países, ayudando a que la sociedad esté mas cercana a la realidad de privaciones y padecimientos que viven los animales, generando debate social y lanzando un mensaje de respeto y justicia para los animales.
Este es un trabajo esencial, ya que las empresas que explotan a los animales no muestran en sus anuncios lo que ocurre en el interior de las granjas o los mataderos, y no solemos tener acceso a estos lugares. De hecho muchísima gente que forma parte de este movimiento y que ha dejado de ver a los animales como seres inferiores o se ha empezado a preocupar por el sufrimiento que padecen, ha sido a raíz de tener acceso a todo este tipo de información.
Liberar: Otra de las características del activismo de Igualdad Animal son los rescates abiertos. Un equipo formado por personas que, a cara descubierta, entran en centros de explotación animal para documentar lo que sucede en esos lugares y a su vez liberan animales a los que llevan a un lugar seguro donde no van a ser explotados. Una forma de activismo que se inició en 1992 en Australia y que Igualdad Animal introdujo en España al realizar el primer rescate abierto en agosto del año 2007, rescatando a seis bebés cerdo de una granja intensiva. Es una forma muy efectiva de cuestionar el estatus de propiedad que tienen los animales, ya que lo que legalmente se considera un robo, estos activistas lo reivindican como un rescate de un ser que estaba sufriendo e iba a morir y como un acto de justicia, apelando a dejar de ver a los animales como propiedades y reclamando el fin de su uso como nuestros recursos.
Artículo escrito por Javier Moreno publicado en el Nº4 de la revista "Mordisco" - Revista de crítica, literatura y artes.
Comentarios
Publicar un comentario