A veces creemos, erróneamente, que el camino espiritual,debe eludir la defensa de nosotros mismos o de un tercero, aceptando alguna injusticia , algún agravio o un hecho que nos dañará física,emocional o moralmente. ¿Qué sucede cuando observamos, alguna actitud que nos lastima, nos perjudica o entristece?. Observemos en el día a día, cuántas actitudes de seres queridos, amigos, compañeros, nos hieren de alguna manera. ¿Cuál es nuestra actitud hacia esas personas?. ¿Qué estado mental, queda dentro tuyo, cuando discutes, te enfureces o criticas a alguien?. Observa atentamente qué te ha puesto tan mal , qué palabras te han dolido, qué actitudes rechazas o criticas y cuál es tu fin al confrontar con los demás?. ¿Es el fondo de la rabia, un pozo donde está escondido el odio, la avaricia, la falta de amor, el desengaño, la falta de paciencia, la ingratitud, el rencor, la indiferencia?. Observa sinceramente para aprender a conocerte. Permítete descubrir en cada situación